13/6/10

+ Heretoir

Tremendos...

11/6/10

+ Me aburro

...y he dedicado unos minutos a tunear el blog..
Se admiten opiniones. No vale insultar.

10/6/10

+ Vida. Muerte. Barbacoa

Túnez.
Mientras el cocinero de piños negros echaba más carne a la brasa, el corderito, atado junto a un viejo tractor, imploraba cleméncia mirándonos de reojo mientras nos zampábamos a su primo a la barbacoa, untándolo con harissa, típica salsa picante hecha de pimientos.
El pobrecito animal sabía que llegaba su hora... balaba, gritaba como si supiera que pronto llegaría su muerte...
Parecía evidente... El dueño del chiringo nos anima orgulloso a presenciar la matanza... acercaos... mirad...
En serio lo va a matar?... Desata al animalico del tractor, inmoviliza su cabeza pisándola contra el suelo... y con una sonrisa en la boca y un afilado cuchillo en la mano... le rebana el cuello... degüella al animal ante nuestro estupor.
Chorros de sangre emanan de la garganta, a borbotones... acompasados al ritmo de los últimos latidos del corazón... desparramándose por el suelo, tiñendo el suelo de rojo oscuro y salpicando las chancletas del matarife.
Mientras continúa con la experta labor de despiece, los hijos del cirujano rebanador de gargantas ayudan al padre... colocando los pulmones por aquí, el estómago por allá... todo bien guardadito en el mugriento cubo de plástico.
Escena triste, incluso macabra inicialmente... pero a la vez curiosa, y muy enriquecedora.
En el momento en el que el animal pierde la vida perdiendo así también su condición de animal, de ser vivo... pasa a convertirse en mera carne de charcutería.
El dilema ético, moral o llamadlo como queráis, se plantea para la mayor parte del grupo. Mientras unos optan por no perderse el espectáculo y rodean la escabechina fotografiando pedazos de carne y vísceras... el resto permanece sin levantarse de la mesa, no pueden mirar... dicen... eso sí... continuan zampándose al primo del cordero.

Toda una lección.
Vida. Muerte. Barbacoa.

4/6/10

+ Onlymachos

Ayer hubo noche ravalera... "onlymachos" que le llamamos... cuando los amigos abandonan mujeres e hijos en casa y se convierten en vikingos por unas horas, pueden mirar panderos ajenos, entrar en bares en los que se fuma, beber cerveza con tabasco, tapear, decir guarrerías, recordar animaladas de juventud y reírse a carcajada limpia hasta que te cae el lagrimón.
Qué bien sientan estas noches para la mente. Para el cuerpo no tanto.

Hoy, cansado y con sueño, tengo ganas de llegar pronto a casa... abrir bien las ventantas, que entre la luz, que corra el vientecito... y estirarme en la cama en gayumbos a leer mientras escucho un buen disco de ambient, Ad Infinitum de Sola Translatio.
No descarto siesta.

2/6/10

+ Pre-Camerún

Durante estos últimos meses hemos estado preparando el viaje, sin demasiadas prisas, pero sin pausas..
En primer lugar necesitábamos algún personaje conocedor del país que nos hiciera de guía y que organizara un poco la logística, paso del que podríamos haber prescindido viajando a otro país más "civilizado" y teniendo más días, semanas, o meses... pero recomendable si uno pretende viajar a África con unas tristes vacaciones de currante, con el petardo en el culo... y recorrer con agilidad sin demasiados percances el máximo de distáncia posible. Y aun más cuando se pretenden alcanzar zonas en las que moverse puede convertirse en una odisea... ni existe una parada de canoas que cruzan el rio con puntualidad Suiza, ni existe mapa callejero de la selva... ni en el poblado pigmeo puedes reservar choza por internet.
Pudiendo invertir directamente en la economía local camerunesa, no queríamos intermediarios ni ninguna agéncia española a la que aflojar la mosca para que nos organizaran algo que podíamos organizar nosotros mismos. No nos fue difícil encontrar un contacto camerunés, tampoco encontramos infinidad de opciones, todo hay que decirlo... así que a las pocas semanas ya habíamos encontrado un guía que se ganó nuestra confianza, habíamos pactado precios y todo seguía adelante.

El segundo paso era definir la ruta. Previa lectura de la guía de Camerún y rastreo de información por internet, marcamos nuestros puntos de mayor interés, buscando la máxima variedad posible, tanto paisajística como étnica... viendo que la única solución era atravesarnos el país desde el sur hasta el norte. Las primeras propuestas nos llegaron desde nuestro amigo camerunés, propuestas que... frente a un mapa y unas cervezas frías... desmontamos y reconstruimos a nuestro antojo hasta lograr lo que creemos la ruta perfecta.

Mantener al día la cartilla de vacunación fue otro de los pasos imprescindibles (sin ella no podíamos obtener el visado). A la sarta de chutes que ya llevo en sangre y que he ido acumulando durante estos años convirtiéndome así en el hombre biónico, tan solo tuve que añadir la poliomelitis, por recomendación puntual, debido a un brote aparecido en la vecina Nigeria y por la que también se están encontrando casos en Camerún. Aunque recomendada también, de la vacuna de la rabia nos libramos... pero habrá que ir con cuidado con animales varios... perros, monos, murciélagos... y en caso de que nos muerda un hipopótamo o un león, poco importa ya si tienen la rabia.... lo que tenemos en lugar de vacuna es un seguro de repatriación para que nos manden la calavera por UPS de retorno a casa.
En pocos días recibimos de nuestro amigo camerunés la "invitación" obligatoria que nos permitirá entrar en el país, debidamente sellada y firmada por el excelentísimo ayuntamiento de Yaoundé, y que más tarde reenviamos a la embajada de Madrid junto a otros tantos (muchos) documentos y dinero para la obtención del visado.

Y ahora lo único que nos queda por hacer, es esperar... y mientras tanto, entro en situación, metiéndome en la piel de Nigel Barley y su divertido libro "El Antropólogo Inocente. Notas desde una choza de barro" en el que relata sus vivencias con los dowayo, una tribu del norte de Camerún.

Ya queda poco... menos de 2 meses... Menos mal que últimamente tengo la sensación de que el tiempo pasa más rápido que nunca, me trago las semanas a la misma velocidad que un plato de callos.