Hoy ha venido a pedir trabajo a la empresa un chaval de aproximadamente 30 años.
Totalmente ido de la cabeza y diciendo incongruencias, ha sido motivo de cachondeo por la mayoría de compañeros de trabajo.
No sé las razones que por las cuales este chaval ha llegado a este estado (no descartaría en absoluto las drogas), pero lo que tengo claro es la triste vida que acarrea un enfermo mental y el futuro poco prometedor que le espera.
A mi me ha producido una profunda tristeza y me ha venido a la cabeza un viejo amigo que perdimos hace años por problemas mentales, esquizofrenia, doble personalidad, problemas que fueron aumentando, acelerando y agravando por el consumo de drogas arrastrándolo hasta un triste final... el suicidio.
Algo en nosotros cambió definitivamente.
Intentar convivir con alguien que no razona correctamente y se te escapa de las manos y entendimiento, crea desconcierto, preocupación y resiganción.
No somos más que nuestra mente y sin ella, estamos perdidos.
Éramos jóvenes, inconscientes, pero siempre llevaré una espina en el corazón, siempre me corroerá la conciencia de si la gente más cercana, podríamos haber hecho algo más por él a parte de internarlo en un hospital psiquiátrico, de abandonarlo en su propio mundo... porque si algo os puedo asegurar, es que al nuestro ya no pertenecía.