+ Edisons

Después de la comida en el japonés y hacer malavarismos (o el primo) con los palillos intentando llevarme a la boca más de tres granos de arroz del tirón, me he ido a la rambla del Raval a reposar en un banco, con el solecito, que se estaba de muerte... medio dormido escuchando (?) la conversación de las dos chicas marroquies a un lado y los pakistanies o vesasaberdedonde en el otro.

Pasando el tiempo, esperando a que abrieran Discos Edisons.

Una hora exacta he estado metido allí dentro de la tienda, rodeado de miles de vinilos, de Lps, de 12", de 7", de cds... olor a cartón, a plástico... el paraíso para cualquier melómano.

A Edisons no voy muy a menudo, resulta a veces complicado encontrar el momento oportuno... hay que buscar el día y sobretodo hay que ir solo, sin tener a nadie a tu lado con cara de vinagre queriendo salir de allí. Hay que ir con todo el tiempo del mundo, es un lugar de paz, de desconexión, de debates internos decidiendo qué llevarse, observando portadas una a una... Nadie te mira raro si permaneces allí una hora, o dos... estás entre los de tu misma sangre.

Pasar por la puerta me lleva al pasado, vuelvo a la época en la que hacía campana en clase para ir a mirar discos... Mi mochila para ir a estudiar era una bolsa de Dj, una maleta de vinilos que mi madre solía registrarme al llegar a casa para ver si me había gastado la semanada.

Abre ahí, me decía... a ver qué has estudiado hoy :)