+ El principio de un final IV (refrito)

Imagina por un momento que trabajas en el McDonalds y mandan al paro a media plantilla...

Pues te ves en caja cobrando los McFurflins con el traje de payaso, haciendo las cuentas con una gameboy porque la caja registradora la han vendido, además escribes con una patata frita untada en ketchup... Con el ciruelo vas tecleando un portátil lleno de aceite con el que llevas la contabilidad... Con dos teléfonos pegados con cinta americana uno a cada oreja... y mientras masticas un Marlboro (con filtro incluido) porque no has podido fumar en todo el santo día... discutes por un lado con el cowboy del rancho de Illinois porque la carne viene con pelo... y por el otro teléfono sobornas al director de ventas de una multinacional china cudeira para que te haga descuento en las cucharillas, que ya le enviarás una paletilla ibérica para navidad, una lata de anchoas de la Escala y un vestido de flamenca para su mujer.
Con una mano le vas dando capones al inútil de tu compañero para que espabile y te traiga más ketchup para poder escribir con la patata frita, que ya la tienes seca... y con la otra mano, vas mareando con la freidora los Mcpollos, con cuidado de que no se te caigan las rodajas de col lombarda del sobaco. Con la frente vas partiendo pistachos para hacer el helado. Llevas el mocho metido en el culo, que meneas con salero para limpiar así el pastizal que te ha liado un feo niño al que le chorrea el helado, mientras su oronda madre te pide una hamburguesa triple de osobuco con extra de bacon, panceta, queso de cabrales y una cocacola ultra-light.
Además te han dado un pintalabios, unas pulseras y te han colocado unas rodilleras que no sabes bien para qué sirven, pero ya te lo explicará el jefe cuando acabes el jornal.

Bueno... algo así me ha ocurrido pero aplicado a mi ramo.
Me río porque no me queda otro remedio.
Y por favor, no me preguntéis de qué trabajo... ya no lo sé.