Durante estos últimos meses hemos estado preparando el viaje, sin demasiadas prisas, pero sin pausas..
En primer lugar necesitábamos algún personaje conocedor del país que nos hiciera de guía y que organizara un poco la logística, paso del que podríamos haber prescindido viajando a otro país más "civilizado" y teniendo más días, semanas, o meses... pero recomendable si uno pretende viajar a África con unas tristes vacaciones de currante, con el petardo en el culo... y recorrer con agilidad sin demasiados percances el máximo de distáncia posible. Y aun más cuando se pretenden alcanzar zonas en las que moverse puede convertirse en una odisea... ni existe una parada de canoas que cruzan el rio con puntualidad Suiza, ni existe mapa callejero de la selva... ni en el poblado pigmeo puedes reservar choza por internet.
Pudiendo invertir directamente en la economía local camerunesa, no queríamos intermediarios ni ninguna agéncia española a la que aflojar la mosca para que nos organizaran algo que podíamos organizar nosotros mismos. No nos fue difícil encontrar un contacto camerunés, tampoco encontramos infinidad de opciones, todo hay que decirlo... así que a las pocas semanas ya habíamos encontrado un guía que se ganó nuestra confianza, habíamos pactado precios y todo seguía adelante.
El segundo paso era definir la ruta. Previa lectura de la guía de Camerún y rastreo de información por internet, marcamos nuestros puntos de mayor interés, buscando la máxima variedad posible, tanto paisajística como étnica... viendo que la única solución era atravesarnos el país desde el sur hasta el norte. Las primeras propuestas nos llegaron desde nuestro amigo camerunés, propuestas que... frente a un mapa y unas cervezas frías... desmontamos y reconstruimos a nuestro antojo hasta lograr lo que creemos la ruta perfecta.
Mantener al día la cartilla de vacunación fue otro de los pasos imprescindibles (sin ella no podíamos obtener el visado). A la sarta de chutes que ya llevo en sangre y que he ido acumulando durante estos años convirtiéndome así en el hombre biónico, tan solo tuve que añadir la poliomelitis, por recomendación puntual, debido a un brote aparecido en la vecina Nigeria y por la que también se están encontrando casos en Camerún. Aunque recomendada también, de la vacuna de la rabia nos libramos... pero habrá que ir con cuidado con animales varios... perros, monos, murciélagos... y en caso de que nos muerda un hipopótamo o un león, poco importa ya si tienen la rabia.... lo que tenemos en lugar de vacuna es un seguro de repatriación para que nos manden la calavera por UPS de retorno a casa.
En pocos días recibimos de nuestro amigo camerunés la "invitación" obligatoria que nos permitirá entrar en el país, debidamente sellada y firmada por el excelentísimo ayuntamiento de Yaoundé, y que más tarde reenviamos a la embajada de Madrid junto a otros tantos (muchos) documentos y dinero para la obtención del visado.
Y ahora lo único que nos queda por hacer, es esperar... y mientras tanto, entro en situación, metiéndome en la piel de Nigel Barley y su divertido libro "El Antropólogo Inocente. Notas desde una choza de barro" en el que relata sus vivencias con los dowayo, una tribu del norte de Camerún.
Ya queda poco... menos de 2 meses... Menos mal que últimamente tengo la sensación de que el tiempo pasa más rápido que nunca, me trago las semanas a la misma velocidad que un plato de callos.
Oh Yeah! :)
ResponderEliminarhoy el colegui me ha escrito un mail.. desde Nigéria :)
ResponderEliminarDile que vaya volviendo que vamos pa-lláh! Ketchup-bare on-the-disco ketchup-bare on the flooorrr!
ResponderEliminarHola! Muy interesante y preciosas fotos. Nosotros vamos a Camerún todo el mes de Noviembre. Estamos empezando a planificar ruta y buscar información. Sería posible que me contaras que ruta estupenda hiciste y pasarme tu contacto local para organizar viaje? Saludos. paxorraesh @ gmail . com
ResponderEliminarHola Enric... te envío un e-mail :)
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